Joven chilena que sufrió bullying lidera proyecto para ayudar a otras víctimas
Cuando vivió en Ecuador sufrió acoso escolar. Con perseverancia y valentía logró superar esa etapa y decidió ayudar a otras víctimas a través de su proyecto “Volando en V”.
Andrea es chilena, pero a sus 18 años ya ha vivido en cuatro países: España, Puerto Rico, Chile y luego Ecuador, debido al trabajo de su padre.
Fue en ese país, en la ciudad de Guayaquil, donde se enfrentó con un escenario que nunca imaginó. El entusiasmo de sus compañeras por recibir a una alumna extranjera al poco tiempo se transformó en rechazo. “Fue algo drástico: comenzó con algunas miradas raras hasta que un día, un grupo de 30 alumnas se puso de acuerdo para molestarme”.
Alta, de tez clara y pelo castaño, Andrea se expresa con naturalidad y confianza.
Escucharla hablar es oír a una persona con convicciones, de aquellas que hablan desde la experiencia. Relata que en un principio no le dio tanta importancia a lo que estaba ocurriendo, porque no hubo una circunstancia particular que lo desatara, pero entonces el maltrato se hizo cada vez más agresivo y constante. “Desde ahí en adelante fue cuestión de todos los días: apodos, empujones, bullying cibernético, me llegaban muchos mensajes insultándome”.
Tenía un grupo de amigas que se mantuvo firme apoyarla, pero a medida que el acoso fue evolucionando, algunas comenzaron a sucumbir ante la presión del resto. “A pesar de eso, siempre tuve alguien con quien estar en los recreos, contarle lo que me pasaba… Eso fue lejos una de las cosas más importantes en mi supervivencia ese año”.
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Sus padres estuvieron enterados desde un principio de lo que estaba viviendo su hija. Su mamá daba clases de filosofía en el mismo colegio, pero al contrario de lo que sucede en otros casos, no tomó medidas drásticas, sino que junto a Andrea decidieron enfrentar el bullying en conjunto. “Yo tenía un súper buen sistema de apoyo gracias a mis papás, sin ellos no sé si hubiera podido sobrellevarlo, la verdad es que nunca estuve sola”.
El acoso se mantuvo hasta que la comunidad escolar se enteró de lo que estaba pasando y la directora suspendió a las alumnas involucradas. “Al principio la directiva creía que lo más adecuado era esconder lo que estaba viviendo, pero cuando se dio a conocer lo que estaba pasando nadie me trató a mí como la pobre alumna, sino que se percataron que el problema lo tenían quienes estaban detrás de esto”.
Un par de años después se dio cuenta de que había otras personas sufriendo lo que ella había vivido. “Empecé a realizar entrevistas sobre los casos de bullying de cada curso. Toqué la puerta de la directora, le pasé el cuaderno y le dije ‘tenemos que hacer algo””. Así nació lo que hoy día se llama ‘Volando en V’, un proyecto guiado por alumnas, con testimonios, charlas y actividades para crear conciencia sobre el bullying.
El nombre del proyecto hace referencia a la formación de las aves en vuelo. “Es una explicación científica potente: cuando un ave vuela delante de otra implica que le hace el vuelo más fácil a la de atrás, el mecanismo está estructurado de tal manera que todas se necesitan, es como un gran ejemplo de compañerismo”.
Estando en Ecuador, el Ministerio de Educación de Chile se comunicó con ella para invitarla a participar en un seminario sobre maltrato escolar dirigido a directores de colegios de todo el país. Y durante ese mismo viaje comenzó a contar su testimonio en algunos colegios de Santiago.
Regresó a Chile hace un año a cursar Cuarto Medio e implementó ‘Volando en V’ en varios establecimientos. Volver significó para ella un choque cultural, especialmente porque le tocó vivir desde la perspectiva de una extranjera el proceso de selección universitaria. “A mí me parece que el concepto de la PSU es terrible, porque el puntaje es lo único que consideran, realmente te escoge un computador. En otros países, si una universidad quiere destacarse por labor social, escoge a alumnos que cumplan con ese perfil, arma su ambiente, su comunidad”.
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Lo que sí le sorprendió positivamente es el empoderamiento de la mujer chilena. “Es una sociedad mucho menos machista que Ecuador, y eso se nota en muchos aspectos. Acá las mujeres buscan ser exitosas profesionalmente, estudiar una carrera que genere ingresos, si les gusta alguien lo invitan a salir. En Ecuador tienen que esperar que el hombre tome la iniciativa. Es una cuestión de actitud, me gusta, no se achican”.
Planea especializarse en gestión de políticas públicas que ayuden a solucionar problemas sociales. Pero su objetivo más inmediato es diseñar un plan que asegure el funcionamiento de ‘Volando en V’. “Estoy evaluando todas las opciones para que esto funcione y se mantenga. Estoy pensando en ir a tocar puertas de directores, porque es un proyecto absolutamente amoldable a cada colegio. Hay directores que no quieren implementar proyectos anti bullying porque sería como afirmar que hay maltrato en el colegio, pero es una cuestión de prevención; no habla de la calidad del colegio, sino de un problema humano”.
En ese sentido, su consejo para los padres es mantener un buen sistema de comunicación con sus hijos, de forma que los niños se sientan en confianza para hablarles sobre lo que les pasa. “Es un tema que dice mucho de los papás; no pueden dejar que la vida de sus hijos gire en torno a lo que les está pasando en el colegio. Deben enseñarles que la vida es más que eso, que todo es un tema de enfoque y que hay que enfrentar el bullying en conjunto y con optimismo”.
